¿Triunfos robados en Eurovisión?

Después del “esperado triunfo” de la sueca Loreen y que los ánimos han bajado un poco, reponerse de lo que observamos en la Gran Final no es fácil y menos si observamos tanta euforia por el resultado.

Me refiero a que si bien, la otra vez ganadora de Eurovisión, Loreen tenía muchos seguidores y muchos amaron su actuación; a Käärijä ya lo veíamos con el ansiado micrófono de cristal en Finlandia.

No bastó, inclusive, que el showman emitiera minutos después su percepción ante el resultado diciendo que los asistentes gritaban su nombre y el “Cha Cha Cha”, pero hay que votar, hay que aclararlo, no sólo es gritar y hacer porras a favor de alguien, lo importante son los números y estos no le favorecieron… tanto.

Y si bien es cierto que se esperaba mucho que ganara la intérprete de “Tattoo”, pero, también, Käärijä tenía muchos fans que hicieron lo suyo para que resonará más fuerte, y desde que se dio a conocer.

Lo anterior, nos recuerda a algo muy similar en 2016, ese momento en la final de Eurovisión en Estocolmo cuando ya todos sabíamos que el gran triunfo lo podría tener Sergey Lazarev, representante de Rusia, por su extraordinaria actuación.

Pero, la gente “decidió” que el cantante no podría hacerlo y que la ansiada presea se la llevara la canción somnífera  de la representante de Ucrania, Jamala.